martes, 30 de agosto de 2011

Samanta Contin. Diario Río Negro. 23/08/2011

Ojos patagónicos que retratan el mundo
01:09 23/08/2011

Nosotros Patagonia, grupo integrado por las áreas de cultura de las casas de Neuquén, Río Negro, La Pampa, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego armó la Segunda Muestra de Fotografías "La otra Patagonia" que se inaugura el jueves, a las 14 en Casa de La Pampa, Suipacha 346, CBA.
En ella, exponen retratos, el pampeano Fabián Muñoz Docampo, Nicolás Quintero Cárcamo de Santa Cruz, el fueguino Gustavo Groh, Martín Naya de Neuquén y la rionegrina Samanta Contín (23).
Nacida en Bariloche, desde pequeña, Contín se sintió atraída por el arte y la imagen fija. En 2007 comenzó a estudiar Diseño de Indumentaria en la UBA y realizó cursos de Fotografía, Styling, Dirección de Arte y Vestuario para Cine y Teatro. Sus obras plásticas fueron exhibidas en el encuentro "Cara a Cara", y sus fotos, en Casa de Río Negro, el teatro Pupila Madre, Buenos Aires Photo 2010 y el Ministerio de Hacienda, Obras y Servicios Públicos de Río Negro. Hoy desarrolla en Venezuela -vive en Maracaibo- una investigación fotográfica sobre América Latina, sus niños, sus paisajes y sus costumbres. "Me gusta contar historias a través de las fotos, generar sensaciones que obviamente son subjetivas. Un recuerdo mío de felicidad no es igual a uno tuyo. Y los niños son buenos contándolas, por eso me gusta tanto trabajar con ellos. Además no están contaminados con los conceptos sociales que tenemos las personas un poco más grandes, que nos tratan de inculcar –entre comillas- a través de la educación o de comportamientos determinados. Los chicos son mucho más puros", le dice a "Río negro".
–¿Por qué tomaste estas fotos que exponés, qué te atrajo de esos rostros?
–A Wilson, el nene de las manos manchadas, lo conocí en una plaza de La Paz (Bolivia). Tuve que hacer tiempo durante muchas horas y como estaba con una mochila muy pesada, no podía moverme. Él trabajaba en allí y cuidaba, con sus cinco años era responsable de cuatro hermanos… Nos pusimos a jugar y cuando pude captar su imagen, se me acercó y empezó a contar su historia. Es una de mis fotos favoritas la de Wilson, un niño que todos los días sale a buscar el pan para comer. Sayén es hija de artesanos argentinos que vienen viajando hace mucho tiempo. Es un ser súper especial, desde que nació en viaje está mamando distintas culturas, diversas formas de pensar, de vivir, de vestirse, de moverse. Es una pequeña muy sabia. El día de la toma, estábamos trabajando en Choroní (en el norte del estado de Aragua, Venezuela), para la elección de la mini reina entre nenas de cuatro a siete años. Ella no participaba porque no es del pueblo, los papás estaban viviendo ahí un tiempito y como es un personaje que se hace notar en todos lados, la invitaron para coronar a la reina. ¡Divina cómo se mueve entre el mundo adulto! Hay una tercera foto de un chiquito moreno que tiene arena en la cara y se llama Giovanni, con una sonrisa tan bella como contagiosa…
–¿Cómo llegaste a Venezuela?
–Arranqué el viaje para preparar un ensayo latinoamericano sobre culturas y porque me encanta viajar, y me quedé en Maracaibo (noroeste del país a orillas del lago homónimo) un tiempo (sonríe) porque me enamoré y me junté acá. Pero estoy con proyectos de seguir moviéndome y recorrer toda Latinoamérica y armar –si puedo- un libro. Todo lo sostengo yo, vendo fotos y soy artesana también, trabajo mucho telas porque estudié Diseño de Indumentaria, mi otro amor. Por suerte me va bien y me he podido mantener hasta hoy. Viajar es la escuela más importante de todas porque se aprende de otras costumbres y de otras personas. Nada es como te lo dijeron y se puede crear una realidad propia, igual que en la fotografía. Me gusta contar a través de las fotos porque puedo elegir qué parte enfoco y cuál, no. En la vida puedo hacer exactamente lo mismo… Es un orgullo y una pasión sentirme libre, hacer lo que quiero y crearlo.



Eduardo Rouillet


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