10 razones para ir a ver danza contemporánea
10 RAZONES PARA IR A VER DANZA CONTEMPORÁNEA
Por Victoria Castelvetri y Caterina Mora
- No hay nada que entender. Si vas con alguna pareja nueva (no excluyente), no vas a quedar mal perdiéndote el hilo de la historia o el quid de la cuestión. Si hay divergencias podes decir que pensar que una obra de arte es unívoca es del siglo pasado, ahora con estar ahí, atravesar la experiencia y ver alcanza.
- No hay nada que explicar. ¿Alguna vez intentaste preguntarle a alguien qué es la danza contemporánea? Las respuestas suelen ser ambiguas, esquivas o erróneas. La danza contemporánea no se explica, hay que ir a verla.
- Granada anti snob. Te habilita a decir que viste arte contemporáneo y meter bocadillo cuando estés metido en una conversación snob. Respondele a ese salame que te quiere hacer quedar mal, haciendo un comentario sobre la obra que viste ayer.
- El público. Antes de entrar a la sala ya obtenés tu primer beneficio, materia prima por excelencia, los espectadores suelen ser gente cool. Si estas buscando renovar tu vestuario podes encontrar nuevas ideas.
- Voyeurismo. Los cuerpos se dejan ver en todas sus posibilidades. Los bailarines no le hacen asco a nada, le entran al nudismo, homosexualidad, lesbianismo, sado masoquismo, transformismo, contorsionismo y mucho más.
- Metakinesis. John Martin trajo este concepto en 1933. Según él “lo físico y lo psíquico son dos aspectos de una misma realidad subyacente” [1] y la danza usa esa posibilidad de que te entristezcas cuando ves a alguien llorar y que te alegres si ves a alguien reír. Así que si Martin tiene razón vas a sentir una montaña rusa de emociones sin que tu vida se vea alterada. Si hacemos una interpretación más amplia de este concepto te vas a ir a casa tan cansado como los bailarines (eso es decir muy cansados), vas a dormir como un angelito y con suerte adelgazas unos kilos (no estamos seguras si Martin aprobaría esta interpretación).
- Hay minitas/minitos. Si sos hombre podes encontrar al amor, si sos mujer podés ampliar tus horizontes. Consejo: los bailarines suelen salir de las funciones hambrientos y buscan la pizzería más cercana para ir a cenar, así que si esperás media hora a que guarden sus cosas los podés seguir (¡disimuladamente!). Si, este punto es burdo y poco género-sensitivo, pero es el que más espectadores nos trae.
- Para todos los gustos, cortas e ingeniosas. Los temas de la danza son altamente variados (es posible que ni siquiera haya un tema) y no suelen durar más de una hora. Breve y bueno dos veces bueno. La falta de presupuesto hace que la puesta en escena este llena de amor, dedicación e ingenio.
- Economía de guerra. Por ahora la danza contemporánea es un arte poco conocido así que las entradas suelen ser bastante baratas (entre $30 y $60, ¡pesos argentinos!) Aprovechen antes de que se ponga de moda.
- Contribuye a la justa distribución de la riqueza. Basta de gastar en el teatro oficial o en películas de Hollywood y agrandar la riqueza de Brad y Angelina. Además de los bailarines, ahora que la danza es multidisciplinaria, también participan músicos, artistas plásticos, actores, vestuaristas, iluminadores, coreógrafos, directores, diseñadores gráficos. Quizás tu entrada llega al bolsillo de alguno de los nombrecitos del programa, aunque sea un porcentaje
[1]
COPELAND, ROGER Y COHEN, MARSHALL. 1983. What is dance?.Reading in
theory and criticism. Trad. Susana Tambutti. Oxford University Press.
P. 23